El crítico de arte
Louis Vauxcelles tras contemplar las gamas cromáticas estridentes y
agresivas de los trabajos fauvistas en la primera exhibició en el Salón
de Otoño de 1905 les atribuyó el término "fauves", que en español significa fieras.
Los pintores del movimiento fauvista creían que a través de los colores podían expresar
sentimientos, no buscaban la representación naturalista, sino realzar el
valor del color en sí mismo.
Por ello, utilizaron colores violentos para crear un mayor énfasis expresivo.
Por ello, utilizaron colores violentos para crear un mayor énfasis expresivo.
Emplearon una
pincelada directa y vigorosa, con toques gruesos, sin mezclas, evitando
matizar los colores. Las figuras resultan planas, lineales, encerradas
en gruesas líneas de contorno. Sus creaciones respondían
a un ejercicio de sintetización, buscan la máxima
intensidad emocional combinada con la máxima simplificación
de elementos. Por ello renuncian a la perspectiva clásica,
al claroscuro y al modelado de los volúmenes. La luz tiende
a desaparecer y con ella la profundidad. Sus temas son retratos,
naturalezas muertas, personajes en interiores, paisajes hermosos.
Otra característica
es el gusto por la estética de las estatuas y máscaras
africanas. El arte de los pueblos primitivos no es imitativo, sino
que plantea un evidente alejamiento de las formas naturalistas para
tender a la esquematización.